Ideario Mare Verum

El Bien, la Verdad y la Belleza existen, se trata de quitar el velo y dar lugar al asombro.

Nuestra misión es poder ofrecer seguridad, acompañamiento y soporte académico a las familias que quieren educar a sus hijos en casa, brindándoles la posibilidad de certificar los estudios realizados en el hogar a través de una institución extranjera.

Nuestro compromiso con la niñez y la educación nos llevan a buscar constantemente la mejor manera de ayudar a las familias. Con una mirada trascendente, esperamos poder colaborar en la maravillosa tarea de crecer juntos.

Creemos en que una educación diferente es posible para todos los niños. Una educación centrada en la búsqueda constante del Bien, la Verdad y la Belleza.

Creemos en estos valores eternos y confiamos en que los niños aprecian de una forma muy especial dichos valores universales y trascendentes. Proponemos una educación clásica basada en las artes liberales, las cuales fueron cultivadas por los hombres libres en la antigüedad.

Creemos que en nuestro tiempo, hay muchas maneras de vivir oprimidos, de no poder ser verdaderamente libres. El materialismo, la falta de espiritualidad, de virtudes, de tiempo, la incapacidad de conectar con la naturaleza y con las otras personas que nos rodean de manera consiente y plena, nos hace esclavos.

Lo hacemos porque anhelamos un mundo en el que los niños puedan ser libres, que crezcan en sabiduría y entendimiento, pudiendo compartir tiempo en familia, vivir y educarse en valores. Tenemos la firme convicción de que una educación plena es posible aún en tiempos de mucho trabajo, estrés, corridas y aturdimiento.

Porque entendemos la educación como el conjunto de experiencias vividas en un clima agradable. Entendemos que los niños aprenden a su ritmo, con métodos pedagógicos alternativos que respetan su naturaleza humana, sus tiempos de aprendizaje, sus intereses y que la educación en familia los prepara para ser felices siendo amados y aprendiendo a amar, descubriendo su vocación y sentido de ser ellos mismos y poder relacionarse plenamente con la comunidad, con el otro.

Nuestros objetivos:

» Que los niños ejerzan su derecho al juego y a la educación de manera activa.

» Que los padres, primeros educadores, se sientan llamados a una gran responsabilidad, ser protagonistas, de forma consciente, en el proceso de enseñanza aprendizaje de sus hijos.

» Que la familia asuma el compromiso, entendiendo la educación como el conjunto de experiencias vividas en un ambiente natural, ameno, acogedor y agradable. La educación es ambiente, disciplina y vida.

» Que sientan y vivan un apego a su tierra, sus raíces, costumbres y tradiciones culturales.

» Que los niños puedan aprender a su ritmo, con métodos pedagógico-didácticos alternativos, efectivos e innovadores, que respeten su naturaleza, sus tiempos e intereses, porque creemos que una nueva educación es posible. Una educación que contemple sus necesidades.

» Que los niños sean felices, que logren ser personas amables, bondadosas, autónomas y creativas. Que busquen el Bien, la Verdad y la Belleza.

» Que logren desarrollar un lenguaje que les permita expresarse de manera clara, precisa y lógica en forma oral y escrita. Que puedan expresar ideas, defender argumentos, sostener altos y nobles ideales.

En resumen

» Los niños son personas valiosas.

» La educación es la ciencia de las relaciones.

» Debemos dejar ser.

» La libertad es la meta. Solo debemos saber cómo llegar a ella.

» Debemos colaborar sacando lo mejor de cada uno.

Sobre Mare Verum

Nuestro nombre y lema.

Mare Verum te invita a profundizar en los mares del conocimiento. El nombre de nuestro programa surge de esta premisa: adentrarnos en el verdadero mar del conocimiento.

Que nazcan en el asombro tiene que ver con nuestra pedagogía y nuestro modo de entender la educación; partir de la contemplación y a partir de ella renacer en el asombro. Un referente que nos inspiró a trabajar en este proyecto es el profesor John Senior y su programa Persons de humanidades de la Universidad de Kansas.

El ancla: En este mar inmenso, que es la vida misma, necesitamos de algo sólido que nos mantenga firmes ante la corriente y las tempestades que frecuentemente se cruzan en nuestro camino. Esta es precisamente la tarea de un ancla: nuestro barco frecuentemente se ve agitado por las correntadas de la marea en la que navegamos, y ella es la que nos fija y nos asegura, para que pasada la tormenta podamos seguir nuestro viaje sin perder de vista nuestro norte. Este ancla firme, sólo podremos obtenerla procurando una formación integral y de calidad para nosotros y nuestros hijos. Ésta nos hará conocer la Verdad, y será Ella quien nos permita fijar nuestro barco en el mar, sin tener que preocuparnos por la corriente.

Deja un comentario